Pedir una hipoteca es fácil. Que te la concedan es algo que dependerá, especialmente, de tu solvencia económica. Años atrás, no en todos los casos, era bastante más sencillo que el banco te concediera una hipoteca sin tener que recurrir a un aval bancario. Sin embargo, tras años de grave crisis económica, si no vas con un porcentaje mínimo del total del importe de la operación inmobiliaria, te exigirán casi con total seguridad un aval bancario que garantice a la entidad bancaria que, de no poder hacer frente a las cuotas de la hipoteca, habrá otra persona detrás que abone lo que el titular de la hipoteca no puede pagar. Como abogados de derecho bancario en Barcelona, desde BPM Abogados intentaremos explicar alguna situación que nos hemos encontrado de clientes nuestros que, convertidos en avalistas de familiares (habitualmente de sus hijos) se han visto sorprendidos por situaciones realmente críticas.
A Manuela y Mario, matrimonio y jubilados hace más de 20 años, la vida les iba bien. Tras toda una vida trabajando en Alemania, habían regresado junto a su hijo y la familia de éste para vivir en España y disfrutar de su país de origen y de las comodidades que éste le ofrecía. Por ello, vendieron su piso de Alemania y optaron por comprar uno en Barcelona. La operación se hizo sin tener que recurrir a hipoteca. No fue así en el caso de su hijo, que necesitó pedir una hipoteca para poder comprarse una vivienda. Tras consultar con varios bancos y que todos le hablaran de la necesidad de un aval bancario, pidió a sus padres que fueran sus avalistas. Sin plantearse los riesgos, el matrimonio jubilado accedió y le concedieron la hipoteca. Nada sucedió por años, cuando el hijo del matrimonio tenía trabajo y podía hacer frente a las cuotas de la hipoteca sin problemas. Durante esta grave crisis económica, Javier, su hijo, perdió el trabajo; su mujer, también. Y poco a poco se fueron comiendo los pocos ahorros que tenían hasta que llegó el día que no pudieron hacer frente a la hipoteca. No tardó el banco en reclamar a sus padres, Manuela y Mario, las cuotas que se amontonaban en el cajón de los impagos. Son ellos, ahora, los que deben hacer frente a la hipoteca de su hijo si no quieren acabar embargados o quedándose ellos sin vivienda.
Como abogados de derecho bancario, recomendamos a nuestros clientes contactar con un abogado de derecho bancario en Barcelona que valore si realmente es posible ejercer de avalador sin correr el riesgo de quedarse sin nada. Convertirse en avalista conlleva las mismas obligaciones que para el titular del crédito/hipoteca y puede, de no hacer frente el titular de la hipoteca a sus obligaciones, acabar pagando la totalidad de la deuda contraída por el deudor.